lunes, 9 de junio de 2014

I Was in Cape Town..

I was in Cape Town..

Cuando llegué a Sudáfrica decidí que lo que tenía que ver sí o sí era Ciudad del Cabo y el Parque Kruger.
Reservamos el National Park para la visita de unos amigos amantes de los animales, y el tercer fin de semana de febrero recorrimos casi 1000km en coche desde el centro para llegar al suroeste del país.

A pesar de la enorme distancia y de que los vuelos dentro de Sudáfrica no son muy caros, decidimos ir con nuestro vehículo por comodidad y porque en mi opinión, en Cape Town lo necesitas.





Está claro que si viajas a Sudáfrica, desde Johanesburgo debes coger un avión a Cape Town, pero te aconsejo que allí mismo alquiles un coche y te muevas por tu cuenta.

Sudáfrica en general es un país seguro, pero siempre te recomiendan que no camines de noche, que no te alejes del bullicio del centro de las ciudad, y en resumen, que pienses de forma lógica. En cualquier ciudad de Europa tampoco nos meteríamos en un callejón a oscuras a las afueras de la ciudad, verdad? Pues aquí igual.
Siguiendo estas recomendaciones, nosotros fuimos a todo en coche, y la verdad es que echo de menos eso de patearse y perderse por una ciudad, pero con el coche puedes llegar a más sitios en menos tiempo. Siempre hay que buscar el lado positivo..


Llegamos a Ciudad del Cabo el viernes a las tres de la tarde. Tenía la idea de comprar algo para cenar y subir a la Table Mountain (unas de las nuevas maravillas del mundo) para ver el atardecer y bajar con el último turno del teleférico.

Puedes comprar e imprimir los tickets desde la web http://www.tablemountain.net/, o si prefieres subir y bajar andando y ahorrarte ese dinero.
Supongo que debe haber niebla y viento a menudo, porque el ticket tiene validez para 15 días. Esto está genial, ya que si te sale un día como cuando llegué yo, puedes cambiar los planes sin perder la entrada.

Como el viernes el cielo estaba muy cerrado, cambiamos el plan y fuimos directamente al hotel. Reservamos en el Cape Town Ritz Hotel, http://www.capetownritzhotel.co.za/, correcto, con habitación cómoda y desayuno abundante y variado.




La calle principal de restaurantes y locales para tomar algo se llama Long Street. Había mucho ambiente, y muchos de los bares tienen unas terrazas en el primer piso que dan un rollo a la calle muy peculiar.
Nos tomamos la primera cerveza en uno de estos, no pude ver ni el nombre, solo subimos una escalera y nos lo encontramos, no es muy difícil..






Decidimos cenar pronto y en esta calle. Mi guía de viaje me recomendaba varios, y escogí el Maharaha. Es un restaurante indio, pero ni la decoración ni el menú me transportaron a Nueva Delhi. Aún así, cenamos muy bien, el ambiente agradable y música en directo.





El despertador sonó a las seis. El día estaba un poco más despejado, pero a pesar de estar todavía en verano, hacía fresquito, y viento.
No olvides poner en tu maleta ropa de abrigo si viajas a Sudáfrica, que por aquí también refresca..

Llegamos a primera hora a la Table Mountain tras las típicas equivocaciones de los gps. Con el ticket en la mano subimos sin hacer cola al teleférico.



 
 


 
 

 
 



Fotos, videos, la verdad es que es una pasada las vistas que tienes desde arriba. Asegúrate que no haya niebla, pues te perderías unas panorámicas de la ciudad impresionantes.

Volvimos a bajar con el teleférico. Como he dicho antes puedes hacerlo a pie, pero ya que en esta puedes ahorrarte el esfuerzo, yo preferí hacer el ejercicio del día subiendo a Lion´s Head, una montaña un poco más baja, pero desde la que pudimos sacar unas fotos muy bonitas









 

Está muy cerca de la Montaña Mesa, y por lo que pude ver, los habitantes de Cape Town la usan para hacer deporte. No vimos turistas aquí.
Al principio es sendero con poca inclinación, pero luego se complica bastante, hasta incluso llegar a la escalada. A veces pasé miedo, pues yo soy más de asfalto y terreno llano, pero al coronar la cima, todo había valido la pena. Eso sí, no podía dejar de pensar en que tenía que volver a bajar por esas piedras.




Nos había cundido la mañana, era solo la una del mediodía. Fuimos cerca del hotel, comida rápida, ducha y directos a Bo·Kaap, barrio malayo con calles empedradas característico porque sus casas están pintadas con distintos colores, para expresar felicidad.








Personalmente me lo esperaba más grande y más colorido por las fotos que había ojeado. A pesar de esto me gustó haberlo visto, aunque no estuvimos más de media hora paseando por la zona.


Para la mañana del lunes tenía contratada la excursión a Robben Island, que sale desde el Waterfront. Como somos previsores nos acercamos a ver desde dónde salía el barco y no perdernos por la zona.





El Waterfront es el puerto de Cape Town, con restaurantes, tiendas de recuerdos, centro comercial y una noria.
Sin mucho más que ver, y con tiempo de sobra hasta la cena, busqué en el mapa alguna playa desde la que se viera una vista bonita de la ciudad. Pusimos el gps dirección a Blouberg Beach, a unos 10km del Waterfront, y pudimos ver una preciosa puesta de sol, con la Table Mountain de fondo.








Sin perder tiempo nos dirigimos directos otra vez a Long Street. Había reservado con antelación en el restaurante Mama Africa, pues había leído que estaba genial y que siempre había mucha demanda. Desde la web http://www.mamaafricarestaurant.co.za/ puedes reservar fácilmente rellenando un formulario.
No nos defraudó en absoluto. Probamos el plato estrella, un combinado con distintas carnes que no estamos acostumbrados a comer, como cocodrilo, avestruz, Kudú (un antílope africano),...





 
 
 

Los mojitos estaban riquísimos, y allí probé el mejor Malva Pudding (postre por excelencia de la cocina típica, que consiste en un jugoso bizcocho bañado en natilla caliente), por ahora, de toda Sudáfrica. Sonaba de fondo música africana interpretada por un animado cuarteto, y el precio fue muy acorde con la comida y con el servicio.


Domingo por la mañana ya, desayuno potente y unos 70km de carretera hasta el Cabo de Buena Esperanza.
De camino pasas por algunos pueblos con encanto. A nosotros nos hizo mal tiempo y únicamente paramos en Muizenberg para hacer algunas fotos a la playa y las casitas de colores que la adornan.





Seguimos y llegamos a la reserva natural del Cabo de Buena Esperanza http://capepoint.co.za/. Entramos con el coche tras pagar la entrada en unas casetas, no recuerdo el precio, pero no me pareció cara. Además nos dieron unos mapas.

Hacía muchísimo viento, y aunque la temperatura no era muy baja, suerte que llevábamos sudaderas y pantalón largo en el coche.

Visitamos los dos view points principales, se puede ir andando entre ambos por un camino bordeando la playa, pero calculamos que tardaríamos mucho, y decidimos ir con el coche.









 
 



Me habían comentado que se veía una línea que separaba los dos océanos, el Atlántico y el Índico, pues tenían diferente color... Yo no lo ví, igual es solo entre semana.

Saliendo ya del parque no encontramos con esta maravillosa playa. Yo quería mojarme los pies en el Índico por primera vez, y este fue el sitio elegido. No podía estar más helada, se clavaba como agujas. Yo soy más de Mediterráneo.



 
 



El plan era volver a subir a Cape Town, y coger la carretera de peaje Chapman´s Peak, que son unos 10km bordeando la costa con unas vistas espectaculares a Hout Bay. Tiene algunos miradores para poder parar. Vale la pena desviarse para pasar por aquí.








Una pena que estuviera tan cerrado el tiempo a nuestro paso esa tarde.


Pero antes había que comer, y decidimos parar en Simon´s Town y así ver la famosa Boulder´s Beach, residencia de una colonia de simpáticos pingüinos.



 
 



El lunes tocaba volver, otra vez 1000km en coche hasta casa, pero antes teníamos la visita a Robben Island, el Alcatraz de Sudáfrica. Aquí fue donde pasó gran parte de los 27 años que estuvo en la cárcel Nelson Mandela.
Puedes comprar e imprimir los tickets fácilmente desde su web http://www.robben-island.org.za/.

Por regla general no suelo planear tanto los viajes, pero cuando viajas tan pocos días, si quieres aprovechar bien el tiempo, lo mejor es ir sobre seguro.

Nuestro barco salía a las 8 de la mañana y la visita a la isla más el trayecto en barco dura unas cuatro horas.



 
 



El único fallo es que todo el tour es en inglés. Un ex preso te cuenta como vivían y te introduce un poco en el terrible Apartheid.


A pesar de que mi inglés no es tan bueno como debería, y de que nuestro guía tenía un acento africano muy cerrado, sus gestos, sus miradas y sus pausas cuando nos contaba algo doloroso, me impactaron.



 
 

 
 



No hubiera estado mal algún folleto en varios idiomas que explicara los principales datos de la cárcel. Aún así, recorrer en silencio los pasillos, andar por la isla, asomarse a la celda de Mandela, fue una experiencia que recomiendo.



Como consejo repito la opción de alquilar un coche para recorrer la ciudad y alrededores, pues es bastante fácil moverse y conducir, aunque las carreteras no sean muy buenas en el país, la gente muy respetuosa.
Yo estuve tres noches en la ciudad, y planeando bien las cosas que quieres ver y visitar te da tiempo a todo. Quizás me hubiera quedado un día más para ir más tranquila, pero no teníamos más días libres.
Sobretodo reserva desde casa el teleférico de Table Moutain para evitar colas, y la excursión a Robben Island para asegurarte disponibilidad.
Lleva ropa de abrigo siempre encima, el clima variaba mucho dependiendo de la zona o de la hora y siempre no queda cerca el hotel.
Y no olvides el Mama Africa para pasar una agradable velada.





Si tienes alguna pregunta, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Instagram, iwasthereblog. Correo, iwasthereblog@gmail.com
Éste blog está hecho para poder ayudarte.




2 comentarios:

  1. Qué bonitos lugares! tiene una vistas impresionantes! me encantan las casitas de colores! un besito

    http://yluegoestacris.blogspot.com.es/

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    1. Sudáfrica es una pasada! No era unos de los destinos que tenía en mente para visitar y ahora se lo recomiendo a todo el mundo. Un saludo.

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