martes, 22 de julio de 2014

I Was In Cuzco..



Llegué a Cuzco a las 10 de la mañana tras un vuelo de una hora aproximadamente desde Arequipa. El vuelo me costó unos 150 euros en 2012.
 
 

Había leído que a las puertas de este aeropuerto te espera multitud de taxistas que cobran más de lo habitual solo por recogerte justo en la salida, y que la mejor opción era andar unos metros, salir del parking y cogerlo allí. Así que eso hice..

Un amable señor me subió mi mochila al taxi y me llevó a mi hostal. Me dijo que si podía pagarle por adelantado, que necesitaba poner gasolina antes, pues mi hostal estaba en la cuesta más alta de toda la ciudad. Yo no puse pegas, así visitaba también una gasolinera en Cuzco.
 
 

 

El hostal se llamaba Corihuasihttp://www.corihuasi.com/indexNewWeb.htm , era bonito, con servicio agradable, y por unos pocos soles más podías tener habitación con estas vistas de la ciudad.
 


 

Solo tenía reserva para una noche, pero después de planear bien el viaje, la idea era pasar ese día en Cuzco, salir a la mañana siguiente con el Perurail (tren panorámico que te lleva de Cuzco a Aguascalientes), dormir en Aguascalientes, subir al Machupicchu, y esa misma tarde volver a Cuzco para coger el avión a la mañana siguiente desde Cuzco a Arequipa. Necesitaba una noche más en Cuzco y tuve suerte pues en el Corihuasi quedaba una habitación libre, una cosa menos por la que preocuparse.


Era pronto y quería aprovechar el día. Subiendo por la calle del hostal llegas a Sacsayhuaman, una fortaleza inca a 3600msnm, parada imprescindible, http://www.cusco-peru.org/cusco-peru/alrededores-cusco-sacsayhuaman.shtml. Aquí pagué la entrada con descuento de estudiante. Había una entrada en la que se incluían varios monumentos, y que resultaba más barata. Pero a mí no me daba tiempo y solo visité estas. Desde aquí, a parte de la maravilla de muralla hecha con enormes piedras, tienes una fantástica panorámica de todo Cuzco.
 


 

Hacía mucho sol, pero no hacía excesivo calor. Tuve que enrollarme el pañuelo al cuello en varias ocasiones. Si viajas a Cuzco, y a Perú en general, no te olvides de una protección solar alta, porque es uno de los países con más radiación y además ten en cuenta que la mayoría de las cosas que puedes hacer y ver aquí son al aire libre y en plena naturaleza.
 
 
 

 
De ahí, sin perder tiempo fui directa al convento Qorikancha, http://www.qorikancha.org/. La verdad que no me gustó demasiado, aquí en Perú me había dado cuenta de que la naturaleza puede ser mucho más bella por sí misma, que cualquier construcción.

 
Era la hora de comer, bajé a la Plaza de Armas, siempre llena de gente, y busqué el restaurante Kusikuy, recomendado por mi guía de viaje para degustar el mejor cui de Cuzco. Al final resultó estar en la misma calle del hostal, Suecia, una calle estrecha que sale de la plaza y que está justo a la izquierda de la catedral si la miras de frente.

Una Cusqueña, un Pisco Sour (coctel por excelencia del Perú y que tanto echo de menos), un plato de pasta y el famoso cui, una especie de conejo de indias, que en alguna casa he visto de mascota y que aquí en Perú se considera un manjar. El plato venía acompañado también por un trozo de choclo, como llaman ellos al maíz, y un rocoto o pimiento relleno y rebozado del cual todavía recuerdo su sabor.
 
 

 
 
Quizá el precio fue un poco caro, en comparación con lo barato que es comer en Perú. Pero Cuzco es una ciudad muy turística, al igual que Aguascalientes, y eso se nota a la hora de controlar los gastos en un viaje.

Al salir del restaurante noté una bajada de temperatura, quizá por el Pisco Sour, así que anduve unos metros hasta el hostal para coger ropa de abrigo, pero de repente empecé a encontrarme mal. Dolor de cabeza y una sensación de angustia. El soroche, o mal de altura había llegado. Cuzco se encuentra a unos 3400msm, y se recomienda que si viajas hasta aquí con avión, al no haber una aclimatación previa, debes descansar las primeras horas y no hacer esfuerzos. Justo lo contrario a lo que hice yo, que nada más llegar subí a la primera montaña que vi.

Me tomé un ibuprofeno y dormí unas dos horas. Me desperté genial y sin síntomas del dichoso soroche.

Menos mal que había aprovechado la mañana y todavía quedaban algunas horas de sol. Pude entrar a la catedral, sentarme en la Plaza de Armas, hacer algunas compras, pasear por el barrio de San Blas y ver la piedra de los doce ángulos encajada en un enorme muro.
 


 

 

Era de noche y ya se notaba en frío. En la misma plaza hay varias cafeterías y restaurantes, incluso un Mc Donalds, y como ya había gastado bastante en la comida y estaba cansada para ponerme a buscar, decidí cenar aquí algo rápido y subir al hostal a descansar, pues un coche pasaría a por mi a las 6 de la mañana para llevarme a la estación a coger el tren que me llevaba al ansiado Machupicchu.
 

Cuzco, o Cusco, como dicen los peruanos, es una ciudad preciosa, con mucho jaleo y mucho ambiente por las calles y las plazas. Patrimonio de la humanidad desde 1983, fue la capital del imperio Inca. Por esta ciudad hay que pasar para llegar a Machupicchu y es por eso por lo que está repleta de mochileros de todas las edades y de todos los rincones del mundo. También es frecuente que la visite gente para aprender español, pues en cada esquina hay una academia con gente en sus puertas. Cuzco es una ciudad en la cual no me importaría vivir.
 
 



Si tienes alguna pregunta, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Instagram, iwasthereblog. Correo, iwasthereblog@gmail.com
Este blog está hecho para poder ayudarte.

martes, 8 de julio de 2014

I Was In Victoria Falls


Hola viajeros! Os quiero contar el viaje que hice a las Cataratas Victoria.

Como ya sabéis, voy a estar viviendo en Sudáfrica una temporada, y como esto está tan lejos de casa, y por si no volvemos nunca más, estamos aprovechando al máximo los días libres, aplicando nuestro lema “ya que estamos aquí...”.
Y aunque fue una visita muy rápida, llegamos viernes sobre las cinco de la tarde y volvíamos domingo por la mañana, pudimos hacer varias cosas.

 
Las Victoria Falls son un salto de agua del río Zambeze, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1989, situado en la frontera de Zambia y Zimbabue. Le puso el nombre el explorador escocés, David Livingstone, en honor a la reina Victoria.


Nuestro vuelo salió del aeropuerto de Johannesburgo con algo de retraso, y aunque solo dura una hora y algo más, al llegar tuvimos que hacer una cola enorme para pasar el control de pasaportes. Aquí se paga por todo, es un sitio muy turístico y antes de entrar ya nos habían soplado 50 dólares por el visado de turista.
 
 


 


Tanto en Zambia como en Zimbabue se paga en dólares americanos, pero también te cogen rands sudafricanos, e incluso euros en algunos sitios.


Habíamos contratado varias actividades con la empresahttp://www.shearwatervictoriafalls.com. Todo salió bien, se portaron genial viniendo a por nosotros, esperándonos,..

Para la primera tarde teníamos reservado un crucero por el río Zambeze para ver el atardecer. Al llegar con retraso pensábamos que perderíamos la oportunidad, pero los taxistas llamaron a la empresa del barco y nos esperaron, eso sí, pagando un poco más. Pero fue un detalle, sobre todo por la gente que estaba en el barco y llevaba media hora esperando.

La barca estaba muy conseguida, con sillas, mesitas, barra libre, y luego unos snacks. Unas cervecitas locales, alguna copa de vino blanco, hipopótamos y cocodrilos a escasos metros, y para rematar, una preciosa puesta de sol...
 



 
 








 
Nosotros éramos ocho, nos lo pasamos genial en esta primera toma de contacto con Zimbabue, y aunque en algunos diarios de viaje había leído que no vale la pena pagar por este sunset cruise, a mí me pareció un plan perfecto para una tarde de viernes.



De ahí, y con los mismos taxistas que nos habían recogido en el aeropuerto, y que nos esperaban en el embarcadero, fuimos al hotel. Reservamos desde su web http://www.adventurezonevicfalls.com/accommodation-detailed.html?accomdet:acode=3 en uno de los hoteles más baratos de la zona, porque nuestra idea era dejarnos el dinero en actividades.
Aunque estaba bien situado, era un poco cutre. Con desayuno aceptable, y wifi.

 

Nos recomendaron para cenar el Mama Africa, y como todos habíamos estado en el de Cape Town, fuimos con las expectativas demasiado altas. Un sitio normalito, oscuro, y aunque el servicio fue amable, y el cocodrilo estaba rico, nos pareció carísimo y nada recomendable.
 
 
 


El sábado teníamos el día completo. Para empezar, a las nueve, el vuelo con helicóptero... Yo no estaba muy convencida, pues el vuelo solo dura 12minutos y es un poco caro, pero más que el precio, estaba muerta de miedo. Pero como todos estaban tan animados, no pude decir que no. Y no me arrepentí.
 
 
 
Es cierto que se hace cortísimo, y que casi no da tiempo a hacer fotos, y a disfrutar de las vistas a la vez. Pero os aseguro que fue una experiencia inolvidable.
 
 






 

Teníamos tiempo libre hasta las 2 de la tarde, y acordamos con la empresa que nos dejara un poco antes del puente que separa Zimbabue y Zambia, y que nos recogiera en el mismo sitio.

Cuando llegas a la zona se oye el tremendo ruido que hace la fuerza del agua. Ellos llaman a las cataratas Mosi au Tunya, el humo que truena.
Os recomiendo que llevéis chubasquero, pues a pesar de que suele hacer calor, acabas empapado, solo de cruzar el puente fronterizo entre Zambia y Zimbabue.

Pasando el puente, te encuentras con la caseta para pagar el visado de Zambia para un día, o para horas, como en nuestro caso. Otros 30 dólares.

Luego, un poco más adelante tienes que pagar la entrada al Parque Nacional, que cuesta 20 dólares.
 


 

He leído que ver las cataratas desde Zimbabue es gratis, pero que es más bonita la vista desde Zambia. Nos hubiera gustado verlas también desde Zimbabue, pero no nos dio tiempo. Lo dejamos para la próxima...

Aquí dentro se notaba el turismo puro y duro, estaba lleno de gente de todas las nacionalidades, ríos de personas, y cola para hacer una foto digna sin ningún espontaneo pasando por delante.

 
 
 
 


 

Hay algunas zonas en las que el agua parece como lluvia, pues de la fuerza con la que cae, vuelve a subir. Tened en cuenta esto porque lo más seguro es que acabéis empapados. Para eso hay que ir bien preparados, como yo, que llevaba unas estupendas bolsas de plástico de supermercado, y en las que pusimos las cámaras, los móviles y el dinero. Yo quería mojarme, y acabé como si me hubiera tirado a la piscina con ropa. Aunque también llevaba ropa de repuesto, suerte que hacía bastante calor y nos secamos enseguida. Acordaros de meter en la maleta, y de poneros, protector solar. Con el agüilla que te va mojando todo el día, no te das cuenta, pero puedes acabar más rojo que un alemán en Mallorca.

 
A las 2 de la tarde nos recogían para llevarnos a hacer un pequeño safari. Se trataba de un paseo de una hora aproximadamente, montados en elefante!!

A mí tampoco me hacía especial ilusión, no me hubiera importado quedarme viendo las cataratas desde el otro lado, pero si no hubiera ido, me hubiera arrepentido toda la vida.


 

Es una verdadera pasada. Nos montamos de dos en dos, acompañados por el guía que llevaba al elefante. Me tocó uno de los más altos, y de los más jóvenes y rebeldes también... En fila de uno, unos doce elefantes, recorrimos durante una hora la reserva natural. Al bajar también pudimos darles de comer con las manos.







 

Y para finalizar, nos tenían preparada una mesa con cerveza fría y algunos snacks, deliciosos teniendo en cuenta que no habíamos comido nada desde el desayuno.

 

Era sábado y todos queríamos salir a cenar. Nos habían recomendado el Boma, y desde el hotel llamaron para reservar, pero estaba lleno. Fue una pena, porque luego nos enteramos que era uno de los mejores restaurantes...

Sin saber muy bien dónde íbamos a cenar, bajamos andando hasta el centro, y preguntando llegamos al espectacular hotel Victoria Falls. Comparado con el nuestro, aquello era una mansión digna de reyes. Pudimos cenar en el buffet por unos 40 dólares. Al principio nos pareció caro, pero ya era muy tarde y no sabíamos dónde más buscar. Pero luego nos gustó mucho. Había de todo, buen vino y varias actuaciones de grupos africanos. Cenamos genial, a la luz de las velas, y al final pagamos con gusto la cuenta.


 

A la mañana siguiente volábamos de nuevo a Johannesburgo. Habíamos quedado con los mismos taxistas que nos llevaron el primer día.

Para las actividades la empresa en la que contratamos todo se encargaba de recogernos y traernos de vuelta al hotel, y para salir a cenar, nosotros íbamos andando, pero éramos 8. Recomiendo que si vais en pareja, o con niños lo mejor es pedir un taxi en el hotel, y luego hacer lo mismo en el restaurante. A nosotros nos pareció seguro y no vimos nada para pensar lo contrario, pero es cierto que no había nada de luz y que la mayor parte de los recorridos se hacen por carretera sin arcén.


Acordaros de llevar un chubasquero, un repelente de mosquitos, protector solar y el bañador, importante si visitáis Victoria Falls en temporada seca, pues el caudal del Zambeze es menor y puedes bañarte en la famosa piscina del diablo, justo al borde de la catarata. Nosotros nos quedamos con las ganas por ir a finales de abril, justo después de la temporada de lluvia, cuando más agua lleva el río.

 



Si tienes alguna pregunta, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Instagram, iwasthereblog. Correo, iwasthereblog@gmail.com
Este blog está hecho para poder ayudarte.

 

 

jueves, 3 de julio de 2014

I Was In National Kruger Park.. (Parte I)



Hola viajeros! Hoy os quiero contar un poco sobre mi estancia en el Parque Kruger, la reserva de animales más grande de Sudáfrica que se extiende por 350km de norte a sur y 60km de este a oeste.



Voy a dividir este viaje en varias entradas, pues quiero contar todo muy bien para ayudar o animar a alguien a visitar el parque.

Aquí en el Kruger me dí cuenta que no me importaría ser cámara del National Geographic y vivir para siempre en una reserva natural.
Esa tensión y esa incertidumbre por no saber que te vas a encontrar en la siguiente curva.. Y esos bajones porque hace horas que no ves más que impalas..
Apurar la hora del cierre de los campamentos, y encontrar justo en la puerta lo que andabas buscando toda la tarde..
Había leído que mas que el mosquito de la malaria, es más peligrosa la picadura del mosquito africano, ese que te atrapa y te engancha a la wild life..

Un viaje de cuatro días, distinto a cualquiera de los que he hecho a mis 26 años, y del que siempre guardaré un bonito recuerdo, y unas preciosas fotos.



Antes que nada, os voy a contar como preparé el viaje. Hay dos maneras de planear tu estancia en el Kruger. Una es ir de safari organizado, a uno de los resorts o lodges privados que hay dentro del parque, y con las salidas en los coches del hotel a ciertas horas del día.
Y la segunda, y la que adoptamos nosotros por ser bastante más económica, reservar en campamentos públicos (porque el parque es del gobierno ) y viajar con tu propio coche.
Desde la web http://www.sanparks.org/parks/kruger/default.php/ puedes tanto reservar tu cabañita, pagar la conservation fee (la entrada por día que pasas en el parque. Para adultos 248Rands, que son unos 17Euros. Y para niños la mitad), o contratar excursiones de forma muy fácil.



 Amanecer desde la cabaña en Cocodrile Bridge Camp


 

Lo primero era alquilar un coche. En distintos blogs recomiendan que sea un vehículo alto, pero no es necesario un 4x4, puesto que la mayoría de las carreteras son de asfalto, y las tierra están muy bien.
Nosotros alquilamos un Tiguan. Había de más altos, pero veíamos excesivo el precio, y al final acabamos muy contentos con el coche, pues era comodísimo, a pesar de las horas que pasamos metidos en él.


Nuestro viaje comenzaba en el aeropuerto de Johanesburgo, al cual, como supongo que casi todo el mundo que viene desde Europa, llegaban nuestra pareja de amigos.
El plan era entrar al día siguiente al Kruger por la puerta Phalarbowa, a 489km del aeropuerto de Johanesburgo.



Así que como no íbamos a llegar al parque antes de las 6 de la tarde, hora del cierre de puertas en la época que lo visitamos, decidimos dormir en Hoedspruit, a 70km de la puerta, en un hotel donde podíamos cenar sin tener que buscar nada, pues imaginábamos que estaríamos cansados y así fue. El hotel era el African Rock Lodge http://www.africanrocklodge.co.za/, decorado hasta cansar con todo tipo de motivos africanos. El servicio fue muy amable en la cena, pero no quisieron levantarse pronto para darnos el desayuno, pues nosotros queríamos entrar a las 6 al parque y madrugamos muchísimo..

Dentro del Kruger no necesitas gps porque está señalizado al detalle. Comprando un mapa y la guía del parque os sobrará, porque además de ser también un recuerdo, te indica todos los kilómetros entre carreteras, los waterhole o charcas, que en temporada seca se dice que es donde se ve más vida salvaje, y también una completa explicación de los animales que hay, la cantidad, e información de este tipo.
Quizá si recomendaría alquilar gps para conducir por Sudáfrica en general, porque nosotros aquí tenemos móvil con datos y nos resultó imprescindible para encontrar el hotel en Hoedspruit, por ejemplo.

Reservé todo desde la web de SanParks, como os he dicho más arriba. Siempre cabañas dobles, con baño y cocina propios, y con utensilios y aire acondicionado.
 
 
 



Las cabañas tiene siempre el mismo estilo.

También reservamos dos salidas con guía que organizan los campamentos. Un sunset drive en Olifants, y un morning drive en Skukuza.
Hacer al menos una salida con guía es recomendable, porque por unos 20euros es casi seguro que vas a ver algo interesante en las tres horas que suele durar, ya que cuando sales ya no hay coches circulando y está más tranquilo, pues los campamentos están cerrados.

El camión que nos llevaba en las salidas con guía.
 
 
La vida en el Kruger era así..
Madrugón. Sobre las 5,15 sonaban las alarmas, desayuno y preparábamos la nevera con unos refrescos cargados de cafeína para aguantar todo el día en el coche. Hacíamos hielo con botellas de agua rellenadas del grifo, y eso que nos ahorrábamos. Unas patatas fritas, pan de molde, y jamón y embutidos llegados de España nos valían de almuerzo.
 
 
Cuando yo estuve, las puertas del campamento se abrían a las 6, pero asegúrate, pues cambia según la época del año.
Nuestra idea era salir los primeros, ya que si el animal en cuestión está en la carretera, si eres el primero, lo verás, pero también es probable que lo espantes, y el segundo coche que pase ya no lo vea, (teorías nuestras, no está comprobado científicamente).
Pero a pesar de llegar siempre a la puerta sobre las 5,45, la mejor posición que conseguimos fue un tercer puesto..
 
 

La noche de antes siempre ojeábamos el mapa para planificar un poco la ruta.
En cada campamento hay un panel de avistamientos, lo teníamos en cuenta siempre que no nos hiciera desviarnos mucho, pero no tuvimos especial suerte.
 
Dormíamos cada noche en un campamento distinto, por eso teníamos que medir bien las distancias para que nos diera tiempo, pero luego siempre nos sobraba, y si nos pillaba un campamento con restaurante por el camino, entrabamos a comer, y luego otra vez al coche, sin perder tiempo.
Un poco antes de la hora del cierre, nos acercábamos al campamento por si acaso.
Una vez dentro, checking, compras en las tiendas, patatas y huevos para una buena tortilla, carne y salchichas, cervecita fría, pastillas para hacer fuego,.. tienen de todo.
Todas las cabañas tenían barbacoa y no creo que haya mejor plan que repasar las fotos y hablar de lo vivido durante el día cerca de un fuego.
 
 
 Una de nuestras cenas.

 
Antes de cenar siempre dábamos una vuelta por la alambrada de los campamentos, cada uno con su linterna, pues la luz es un bien escaso.. Detrás nunca vimos nada, solo escuchamos a un hipopótamo mientras cenábamos. Pero dentro pudimos ver un tejón, y hasta un lémur!
 
 
El vallado electrificado de un campamento.
 
 
Hay muchas teorías sobre si las carreteras de tierra son mejor que las de asfalto para ver animales, o viceversa. Pero después de pasar allí cuatro días puedo asegurar que estas teorías no sirven para nada. Que veas animales o no dependerá del empeño que le pongas (madrugar, comer en media hora para no perder tiempo,..), y ante todo de un poco de suerte. Para disfrute nuestro, los animales se mueven. En 5 minutos un león puede recorrer kilómetros si se lo propone.. Puedes pasar tú con tu coche y no ver nada, y el que viene detrás encontrarse con una escena típica de documental de la2.. Llamarme loca, pero a mi fue eso precisamente lo que me enganchó al Kruger.
 
 
Nosotros tuvimos suerte y pudimos ver a los Big Five, los cinco grandes mamíferos más representativos de toda África. Algunos se dejaron ver mejor que otros. Como veréis, del leopardo tenemos una foto, borrosa y de milagro. Pero siempre hay que dejarse algo por ver para tener excusa para volver..
 
 
 
 
 
Creemos que hay dos tipos de estrategias para el Kruger. Una es ir muy deprisa, respetando los límites de velocidad, cuidado que hay radares.. Confiando en que te lo vas a encontrar. Consiste en cuantos más kilómetros hagas, más terreno habrás cubierto, incluso pasando varias veces por la misma zona.
 
 
 
 
Y la segunda, y la que practicamos nosotros es ir muy, muy, muy despacio. Mirando bien a ambos lados, parando en cada piedra que nos parecía un rinoceronte, en cada matojo de hojas secas que nos parecía un leopardo, parando a ratos para otear con los prismáticos. Desviándonos en cada caminito que llevaba a una charca, en cada escondite y en todos los view points que nos salían al camino, con mejor o peor resultado..
 
Hay aéreas de descanso con mesitas, baños, vistas muy chulas a ríos donde puedes ver algún hipopótamo o cocodrilo si te fijas bien. En muchas hay un cuidador con escopeta, pero nos encontramos con algunos que no. Así que tened cuidado y no os separéis mucho del coche, por si las moscas. O mejor dicho, por si los leones..
 
 
 Escondite al que se accedía por un pasillo de seguridad cuestionable atravesando el bosque.


En el primer view point que paramos tuvimos mucha suerte con este avistamiento.
 
 

 
 
No sabemos si fue buena o mala estrategia, pero estoy segura que vimos cosas que otros no pudieron ver solo porque estaban a unos metros de la carretera.. Acabas con la vista cansada y al final imaginas animales donde hay rocas o arbustos, hasta los ves moverse.. Pero vale la pena.
 
 
 
En cuanto al clima, tenéis que tener en cuenta que las estaciones van al contrario que en Europa. Y que aunque en la zona del Kruger no suele haber mucha diferencia entre las estaciones, sí la hay entre la temperatura del día y de la noche. Nosotros estuvimos a principios de abril, y aunque hubo días de humedad insoportable y de 40 grados a la sombra, también usamos los forros polares y las chaquetas. Sobretodo en el morning drive que salía a las 5 de la mañana.
 
 
Para visitar Sudáfrica no es obligatorio vacunarse de nada, pero sí recomendable. Antes de venirme a vivir aquí fui a mi centro de salud a informarme, y me pusieron la de la fibre tifoidea y la de la hepatitis A.
Lo que si es preciso es prevenirse de la malaria. En el mismo centro de salud te pueden recetar el Malarone. Pastilla que debes tomar dos días antes de acceder al Kruger, durante la estancia, y siete días después. Viene en un blíster de doce pastillas. Asegúrate de que tienes bastante.
También te recomiendo traerte un buen repelente. Mi favorito, como ya he dicho por aquí es el de la marca Relec, el extra fuerte.
 
 
Para finalizar os dejo con una lista de las cosas que, en mi opinión, son necesarias para el Kruger.
 
Linterna.
Prismáticos.
Nevera. He leído de gente que las ha comprado una vez aquí, antes de entrar. Pero yo no vi ninguna tienda. Nosotros la compramos en una tienda de deportes de Sudáfrica. Es de tela, plegable, no ocupa nada en la maleta y va genial. Seguro que podéis encontrar alguna parecida.
Repelente de mosquitos.
Crema solar.
Ropa de abrigo.
Ropa y calzado cómodo.
Espirales anti mosquitos para exterior, y enchufes para dentro de la cabaña.
Adaptadores para los enchufes.
La guía y el mapa que venden dentro del parque.
 
 
 
Espero haber ayudado, y no haber saturado.
Si vais a visitar el Kruger próximamente, o si os falta algo para animaros del todo, no dudéis en preguntar lo que queráis.
No os perdáis la continuación...
 
 
 
 
Si tienes alguna pregunta, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Instagram, iwasthereblog. Correo, iwasthereblog@gmail.com
Este blog está hecho para poder ayudarte.