jueves, 11 de septiembre de 2014

I was in London..




En el verano de 2013 pasé un mes viviendo en un pequeño pueblo a unos 130km de Londres, llamado Bury St Edmunds. Era la primera vez que estaba en Inglaterra, y aunque pasaba los días en una academia de inglés, un fin de semana pudimos visitar la capital de una forma bastante express.


Desde Bury la mejor opción para llegar era en tren, desde la web http://www.nationalrail.co.uk/ compré los billetes de una forma muy fácil. Lo más normal es que llegues con avión a cualquiera de los aeropuertos que tiene la ciudad, Heathrow y Stansted, de los cuales salen metros y autobuses con bastante frecuencia.
Nuestro tren nos dejaba en la estación Liverpool Street, justo a la otra punta de donde teníamos el hotel, así que como eran las 5 de la tarde, decidimos coger un taxi para adelantar y poder aprovechar el poco tiempo que teníamos.

 

No fue fácil encontrar alojamiento bueno, bonito y barato, y céntrico en un margen de una semana, por eso descarté las dos primeras Bs y nos alojamos en un Bed&Breakfast llamado Barry House  http://barryhouse.co.uk/. Pegado Hyde Park y a la estación de metro LANCASTER, en un barrio acomodado. Era una finca estrecha y alta, sin ascensor, regentada por una familia hindú. No era la habitación más bonita del mundo, pero estaba bien de precio, y desde allí pudimos ir andando a casi todos los sitios que visitamos.
 
 
Si os animáis a reservar en este hotel y tenéis cuenta en Twitter, darle follow antes de reservar, pues os mandarán un mensaje privado con un descuento! Yo le di a seguir después y me quedé sin descuento..


Una vez hecho el checking, dejamos las maletas y nos fuimos a dar una vuelta. Salimos bordeando Hyde Park, y andamos por Oxford St. Recorrimos los ambos lados de la calle entrando en alguna tienda, nos desviamos a la derecha por Regent St para llegar a Picadilly Circus y ver las luces de los carteles. Nos sentamos un rato a ver el ambiente, yo compré algunos recuerdos en una tienda enorme que había allí, entramos en la tienda M&M y cenamos rápido en un McDonalds para volver pronto al hotel y dormir.
 
 
 
 

Para el sábado teníamos planeado el dia completo. Había que madrugar.

Sobre las 8:00 de la mañana estábamos ya en Hyde Park, lo cruzamos a lo ancho, pasando por la fuente en memoria de Diana y el lago The Serpetine, lleno de preciosos cisnes.
 


A pesar de ser tan pronto, el parque estaba lleno de gente haciendo deporte. No olvides meter en tu maleta un paraguas y ropa de abrigo, aunque lo visites en agosto, el tiempo en Londres varía mucho. Yo no me quité la rebeca en todo el viaje.

 

De Hyde Park salimos por una esquina pasando por Wellington Arch, de ahí cogimos Constitution Hill y llegamos al Buckingham Palace. Eran las 9 y poco de la mañana y todavía faltaban dos horas para que comenzara el cambio de guardia. Al menos tuvimos primera fila, y nos dejaron estar bastante rato sentados, hasta que se llenó de gente y había que guardar el sitio.
 
 

El cambio de guardia comienza siempre a las 11, y suele durar unos 40 minutos. En algunos meses del año se realiza a diario, y es posible que se supenda si hay lluvia. Podéis consultar todo esto en la web http://www.royalcollection.org.uk/visit/buckinghampalace/what-to-see-and-do/changing-the-guard?language=es.
 


 

 Después del espectáculo, cruzamos St James Park y nos fuimos directos al Big Ben, cruzamos Bridge St y dejamos a la derecha el Palacio de Westminster y a la izquierda el London Eye, al que nos hubiera gustado subir, pues estoy segura que debe haber unas vistas preciosas, pero había muchísima cola, y nos quedaban muchas cosas por ver.
 




 

Bordeamos el Támesis hasta llegar a London Bridge y tuvimos suerte de verlo abrirse.
 
 

Eran casi las tres de la tarde, teníamos hambre y ganas de sentarnos. Sin buscar mucho, comimos rápido en un italiano sin especial interés.

 

Tras la comida, continuamos andando por Cheapside St hasta llegar a St Paul´s Cathedral, espectacular por fuera, y preciosa por dentro, aunque solo pudimos ver un poco desde la entrada, pues estaba entrando el último turno de visitas y no habían plazas.
 
 

Seguimos bajando para llegar a Trafalgar Square. Estaba repleta de gente de todas las partes del mundo. Me encantó el ambiente que había allí, y nos sentamos un rato, corto, en uno de los leones para descansar un poco.
 
 
 

 

Justo detrás de la Galeria Nacional se encuentra China Town, un barrio con restaurantes y tiendas orientales por el cual vale la pena perderse un buen rato.

Después de visitar el Soho, a mi me hacía ilusión ver la juguetería más antigua de Londres, Hamleys, http://www.hamleys.com, en Regent St. Con 5 pisos llenos de juguetes, de niños corriendo, de dependientes un poco especiales, y de objetos voladores de toda clase, aquello parecía un mundo de locos. Si vais con niños estoy convencida de que les encantará, aunque será difícil salir sin pasar por la caja..

Volvimos a pasar una vez más por Picadilly, uno de los puntos clave de la ciudad, y de allí fuimos a cenar a Hard Rock London, que estaba bastante cerca de nuestro hotel.

En total el sábado recorrimos unos 23km andando por Londres.. No hace falta decir lo bien que dormimos esa noche!
 

 

Para el domingo habíamos planeado aprovechar el dia hasta las 3 de la tarde, que volveríamos al hotel a por las maletas y nos iríamos directos a Liverpool Street Station a coger nuestro tren, que salía a las 5.


Queriamos visitar algún museo, y nos decidimos por el Museo Nacional de Historia, http://www.nhm.ac.uk/.
Para llegar cruzamos otra vez Hyde Park, y esta vez nos encontramos con la estatua dedicada a Peter Pan.

 

Salimos por Exhibition Rd y llegamos de los primeros al museo. Fue una pena que algunas de sus salas estuvieran cerradas por obras, pero aún asi, lo disfruté mucho. Apuntadlo también si viajáis a Londres en familia porque seguro que a los niños les encantará, y la entrada es gratuita!


 

Como estábamos cerca, cogimos Brompton Rd y llegamos a los almacenes Harrods. Aunque no compré nada, me gustó haber entrado y ver el lujo y las distintas decoraciones de cada planta. Para mi, la mejor planta fue la decorada permanentemente de Navidad.

 
Para llegar a todo lo que nos faltaba por ver decidimos coger el autobús. Preguntando llegamos a los Abbey Road Studios, en Abbey Rd, porque como fans de The Beatles, queríamos nuestra foto cruzando el famoso paso de cebra.

 
 

 Nos quedaban unas dos horas, buscamos otra vez como llegar en bus, y nos fuimos a comer a Camden Town.
Solo estuvimos una hora paseando, picando algo de comida en sus puestos callejeros, haciendo fotos,..
Me hubiera gustado haber entrado en todas las tiendas, y pasar el domingo allí, pero no hubo tiempo de más..

Volvimos al hotel, recogimos las maletas y desde la parada de metro LANCASTER llegamos directos a la estación de trenes para volver a nuestra casa en Bury.

Como veréis, de leerlo ya cansa. En este mapa podeis ver el recorrido que hicimos en dia y medio, sin contar Camden y Abbey Rd. Fue una pena estar tan poco tiempo, y terminamos muy cansados. La clave fue madrugar y planear bien lo que queríamos ver y situarlo para no perder tiempo.





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jueves, 4 de septiembre de 2014

I Was In National Kruger Park.. (Parte II)


Hola viajeros! Como la vuelta al cole, el blog vuelve en septiembre con más ganas..

Hoy os quiero enseñar mis fotos favoritas de la primera vez que estuve en el Parque Kruger, pues a finales de este mes, y si no pasa nada, va a haber una segunda!!

Tuvimos bastante suerte y pudimos ver a los big5, aunque fotografiarlos a todos no fue tan fácil. El leopardo y el guepardo fueron avistamientos muy rápidos que no me dejaron hacer una foto en condiciones.. A ver que tal se nos da la próxima vez!

Si queréis saber más sobre el Kruger os lo contaba aquí http://iwastheree.blogspot.com/2014/07/i-was-in-national-kruger-park-parte-i.html#.VAhDaO_lqpo.








































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martes, 22 de julio de 2014

I Was In Cuzco..



Llegué a Cuzco a las 10 de la mañana tras un vuelo de una hora aproximadamente desde Arequipa. El vuelo me costó unos 150 euros en 2012.
 
 

Había leído que a las puertas de este aeropuerto te espera multitud de taxistas que cobran más de lo habitual solo por recogerte justo en la salida, y que la mejor opción era andar unos metros, salir del parking y cogerlo allí. Así que eso hice..

Un amable señor me subió mi mochila al taxi y me llevó a mi hostal. Me dijo que si podía pagarle por adelantado, que necesitaba poner gasolina antes, pues mi hostal estaba en la cuesta más alta de toda la ciudad. Yo no puse pegas, así visitaba también una gasolinera en Cuzco.
 
 

 

El hostal se llamaba Corihuasihttp://www.corihuasi.com/indexNewWeb.htm , era bonito, con servicio agradable, y por unos pocos soles más podías tener habitación con estas vistas de la ciudad.
 


 

Solo tenía reserva para una noche, pero después de planear bien el viaje, la idea era pasar ese día en Cuzco, salir a la mañana siguiente con el Perurail (tren panorámico que te lleva de Cuzco a Aguascalientes), dormir en Aguascalientes, subir al Machupicchu, y esa misma tarde volver a Cuzco para coger el avión a la mañana siguiente desde Cuzco a Arequipa. Necesitaba una noche más en Cuzco y tuve suerte pues en el Corihuasi quedaba una habitación libre, una cosa menos por la que preocuparse.


Era pronto y quería aprovechar el día. Subiendo por la calle del hostal llegas a Sacsayhuaman, una fortaleza inca a 3600msnm, parada imprescindible, http://www.cusco-peru.org/cusco-peru/alrededores-cusco-sacsayhuaman.shtml. Aquí pagué la entrada con descuento de estudiante. Había una entrada en la que se incluían varios monumentos, y que resultaba más barata. Pero a mí no me daba tiempo y solo visité estas. Desde aquí, a parte de la maravilla de muralla hecha con enormes piedras, tienes una fantástica panorámica de todo Cuzco.
 


 

Hacía mucho sol, pero no hacía excesivo calor. Tuve que enrollarme el pañuelo al cuello en varias ocasiones. Si viajas a Cuzco, y a Perú en general, no te olvides de una protección solar alta, porque es uno de los países con más radiación y además ten en cuenta que la mayoría de las cosas que puedes hacer y ver aquí son al aire libre y en plena naturaleza.
 
 
 

 
De ahí, sin perder tiempo fui directa al convento Qorikancha, http://www.qorikancha.org/. La verdad que no me gustó demasiado, aquí en Perú me había dado cuenta de que la naturaleza puede ser mucho más bella por sí misma, que cualquier construcción.

 
Era la hora de comer, bajé a la Plaza de Armas, siempre llena de gente, y busqué el restaurante Kusikuy, recomendado por mi guía de viaje para degustar el mejor cui de Cuzco. Al final resultó estar en la misma calle del hostal, Suecia, una calle estrecha que sale de la plaza y que está justo a la izquierda de la catedral si la miras de frente.

Una Cusqueña, un Pisco Sour (coctel por excelencia del Perú y que tanto echo de menos), un plato de pasta y el famoso cui, una especie de conejo de indias, que en alguna casa he visto de mascota y que aquí en Perú se considera un manjar. El plato venía acompañado también por un trozo de choclo, como llaman ellos al maíz, y un rocoto o pimiento relleno y rebozado del cual todavía recuerdo su sabor.
 
 

 
 
Quizá el precio fue un poco caro, en comparación con lo barato que es comer en Perú. Pero Cuzco es una ciudad muy turística, al igual que Aguascalientes, y eso se nota a la hora de controlar los gastos en un viaje.

Al salir del restaurante noté una bajada de temperatura, quizá por el Pisco Sour, así que anduve unos metros hasta el hostal para coger ropa de abrigo, pero de repente empecé a encontrarme mal. Dolor de cabeza y una sensación de angustia. El soroche, o mal de altura había llegado. Cuzco se encuentra a unos 3400msm, y se recomienda que si viajas hasta aquí con avión, al no haber una aclimatación previa, debes descansar las primeras horas y no hacer esfuerzos. Justo lo contrario a lo que hice yo, que nada más llegar subí a la primera montaña que vi.

Me tomé un ibuprofeno y dormí unas dos horas. Me desperté genial y sin síntomas del dichoso soroche.

Menos mal que había aprovechado la mañana y todavía quedaban algunas horas de sol. Pude entrar a la catedral, sentarme en la Plaza de Armas, hacer algunas compras, pasear por el barrio de San Blas y ver la piedra de los doce ángulos encajada en un enorme muro.
 


 

 

Era de noche y ya se notaba en frío. En la misma plaza hay varias cafeterías y restaurantes, incluso un Mc Donalds, y como ya había gastado bastante en la comida y estaba cansada para ponerme a buscar, decidí cenar aquí algo rápido y subir al hostal a descansar, pues un coche pasaría a por mi a las 6 de la mañana para llevarme a la estación a coger el tren que me llevaba al ansiado Machupicchu.
 

Cuzco, o Cusco, como dicen los peruanos, es una ciudad preciosa, con mucho jaleo y mucho ambiente por las calles y las plazas. Patrimonio de la humanidad desde 1983, fue la capital del imperio Inca. Por esta ciudad hay que pasar para llegar a Machupicchu y es por eso por lo que está repleta de mochileros de todas las edades y de todos los rincones del mundo. También es frecuente que la visite gente para aprender español, pues en cada esquina hay una academia con gente en sus puertas. Cuzco es una ciudad en la cual no me importaría vivir.
 
 



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martes, 8 de julio de 2014

I Was In Victoria Falls


Hola viajeros! Os quiero contar el viaje que hice a las Cataratas Victoria.

Como ya sabéis, voy a estar viviendo en Sudáfrica una temporada, y como esto está tan lejos de casa, y por si no volvemos nunca más, estamos aprovechando al máximo los días libres, aplicando nuestro lema “ya que estamos aquí...”.
Y aunque fue una visita muy rápida, llegamos viernes sobre las cinco de la tarde y volvíamos domingo por la mañana, pudimos hacer varias cosas.

 
Las Victoria Falls son un salto de agua del río Zambeze, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1989, situado en la frontera de Zambia y Zimbabue. Le puso el nombre el explorador escocés, David Livingstone, en honor a la reina Victoria.


Nuestro vuelo salió del aeropuerto de Johannesburgo con algo de retraso, y aunque solo dura una hora y algo más, al llegar tuvimos que hacer una cola enorme para pasar el control de pasaportes. Aquí se paga por todo, es un sitio muy turístico y antes de entrar ya nos habían soplado 50 dólares por el visado de turista.
 
 


 


Tanto en Zambia como en Zimbabue se paga en dólares americanos, pero también te cogen rands sudafricanos, e incluso euros en algunos sitios.


Habíamos contratado varias actividades con la empresahttp://www.shearwatervictoriafalls.com. Todo salió bien, se portaron genial viniendo a por nosotros, esperándonos,..

Para la primera tarde teníamos reservado un crucero por el río Zambeze para ver el atardecer. Al llegar con retraso pensábamos que perderíamos la oportunidad, pero los taxistas llamaron a la empresa del barco y nos esperaron, eso sí, pagando un poco más. Pero fue un detalle, sobre todo por la gente que estaba en el barco y llevaba media hora esperando.

La barca estaba muy conseguida, con sillas, mesitas, barra libre, y luego unos snacks. Unas cervecitas locales, alguna copa de vino blanco, hipopótamos y cocodrilos a escasos metros, y para rematar, una preciosa puesta de sol...
 



 
 








 
Nosotros éramos ocho, nos lo pasamos genial en esta primera toma de contacto con Zimbabue, y aunque en algunos diarios de viaje había leído que no vale la pena pagar por este sunset cruise, a mí me pareció un plan perfecto para una tarde de viernes.



De ahí, y con los mismos taxistas que nos habían recogido en el aeropuerto, y que nos esperaban en el embarcadero, fuimos al hotel. Reservamos desde su web http://www.adventurezonevicfalls.com/accommodation-detailed.html?accomdet:acode=3 en uno de los hoteles más baratos de la zona, porque nuestra idea era dejarnos el dinero en actividades.
Aunque estaba bien situado, era un poco cutre. Con desayuno aceptable, y wifi.

 

Nos recomendaron para cenar el Mama Africa, y como todos habíamos estado en el de Cape Town, fuimos con las expectativas demasiado altas. Un sitio normalito, oscuro, y aunque el servicio fue amable, y el cocodrilo estaba rico, nos pareció carísimo y nada recomendable.
 
 
 


El sábado teníamos el día completo. Para empezar, a las nueve, el vuelo con helicóptero... Yo no estaba muy convencida, pues el vuelo solo dura 12minutos y es un poco caro, pero más que el precio, estaba muerta de miedo. Pero como todos estaban tan animados, no pude decir que no. Y no me arrepentí.
 
 
 
Es cierto que se hace cortísimo, y que casi no da tiempo a hacer fotos, y a disfrutar de las vistas a la vez. Pero os aseguro que fue una experiencia inolvidable.
 
 






 

Teníamos tiempo libre hasta las 2 de la tarde, y acordamos con la empresa que nos dejara un poco antes del puente que separa Zimbabue y Zambia, y que nos recogiera en el mismo sitio.

Cuando llegas a la zona se oye el tremendo ruido que hace la fuerza del agua. Ellos llaman a las cataratas Mosi au Tunya, el humo que truena.
Os recomiendo que llevéis chubasquero, pues a pesar de que suele hacer calor, acabas empapado, solo de cruzar el puente fronterizo entre Zambia y Zimbabue.

Pasando el puente, te encuentras con la caseta para pagar el visado de Zambia para un día, o para horas, como en nuestro caso. Otros 30 dólares.

Luego, un poco más adelante tienes que pagar la entrada al Parque Nacional, que cuesta 20 dólares.
 


 

He leído que ver las cataratas desde Zimbabue es gratis, pero que es más bonita la vista desde Zambia. Nos hubiera gustado verlas también desde Zimbabue, pero no nos dio tiempo. Lo dejamos para la próxima...

Aquí dentro se notaba el turismo puro y duro, estaba lleno de gente de todas las nacionalidades, ríos de personas, y cola para hacer una foto digna sin ningún espontaneo pasando por delante.

 
 
 
 


 

Hay algunas zonas en las que el agua parece como lluvia, pues de la fuerza con la que cae, vuelve a subir. Tened en cuenta esto porque lo más seguro es que acabéis empapados. Para eso hay que ir bien preparados, como yo, que llevaba unas estupendas bolsas de plástico de supermercado, y en las que pusimos las cámaras, los móviles y el dinero. Yo quería mojarme, y acabé como si me hubiera tirado a la piscina con ropa. Aunque también llevaba ropa de repuesto, suerte que hacía bastante calor y nos secamos enseguida. Acordaros de meter en la maleta, y de poneros, protector solar. Con el agüilla que te va mojando todo el día, no te das cuenta, pero puedes acabar más rojo que un alemán en Mallorca.

 
A las 2 de la tarde nos recogían para llevarnos a hacer un pequeño safari. Se trataba de un paseo de una hora aproximadamente, montados en elefante!!

A mí tampoco me hacía especial ilusión, no me hubiera importado quedarme viendo las cataratas desde el otro lado, pero si no hubiera ido, me hubiera arrepentido toda la vida.


 

Es una verdadera pasada. Nos montamos de dos en dos, acompañados por el guía que llevaba al elefante. Me tocó uno de los más altos, y de los más jóvenes y rebeldes también... En fila de uno, unos doce elefantes, recorrimos durante una hora la reserva natural. Al bajar también pudimos darles de comer con las manos.







 

Y para finalizar, nos tenían preparada una mesa con cerveza fría y algunos snacks, deliciosos teniendo en cuenta que no habíamos comido nada desde el desayuno.

 

Era sábado y todos queríamos salir a cenar. Nos habían recomendado el Boma, y desde el hotel llamaron para reservar, pero estaba lleno. Fue una pena, porque luego nos enteramos que era uno de los mejores restaurantes...

Sin saber muy bien dónde íbamos a cenar, bajamos andando hasta el centro, y preguntando llegamos al espectacular hotel Victoria Falls. Comparado con el nuestro, aquello era una mansión digna de reyes. Pudimos cenar en el buffet por unos 40 dólares. Al principio nos pareció caro, pero ya era muy tarde y no sabíamos dónde más buscar. Pero luego nos gustó mucho. Había de todo, buen vino y varias actuaciones de grupos africanos. Cenamos genial, a la luz de las velas, y al final pagamos con gusto la cuenta.


 

A la mañana siguiente volábamos de nuevo a Johannesburgo. Habíamos quedado con los mismos taxistas que nos llevaron el primer día.

Para las actividades la empresa en la que contratamos todo se encargaba de recogernos y traernos de vuelta al hotel, y para salir a cenar, nosotros íbamos andando, pero éramos 8. Recomiendo que si vais en pareja, o con niños lo mejor es pedir un taxi en el hotel, y luego hacer lo mismo en el restaurante. A nosotros nos pareció seguro y no vimos nada para pensar lo contrario, pero es cierto que no había nada de luz y que la mayor parte de los recorridos se hacen por carretera sin arcén.


Acordaros de llevar un chubasquero, un repelente de mosquitos, protector solar y el bañador, importante si visitáis Victoria Falls en temporada seca, pues el caudal del Zambeze es menor y puedes bañarte en la famosa piscina del diablo, justo al borde de la catarata. Nosotros nos quedamos con las ganas por ir a finales de abril, justo después de la temporada de lluvia, cuando más agua lleva el río.

 



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