martes, 22 de julio de 2014

I Was In Cuzco..



Llegué a Cuzco a las 10 de la mañana tras un vuelo de una hora aproximadamente desde Arequipa. El vuelo me costó unos 150 euros en 2012.
 
 

Había leído que a las puertas de este aeropuerto te espera multitud de taxistas que cobran más de lo habitual solo por recogerte justo en la salida, y que la mejor opción era andar unos metros, salir del parking y cogerlo allí. Así que eso hice..

Un amable señor me subió mi mochila al taxi y me llevó a mi hostal. Me dijo que si podía pagarle por adelantado, que necesitaba poner gasolina antes, pues mi hostal estaba en la cuesta más alta de toda la ciudad. Yo no puse pegas, así visitaba también una gasolinera en Cuzco.
 
 

 

El hostal se llamaba Corihuasihttp://www.corihuasi.com/indexNewWeb.htm , era bonito, con servicio agradable, y por unos pocos soles más podías tener habitación con estas vistas de la ciudad.
 


 

Solo tenía reserva para una noche, pero después de planear bien el viaje, la idea era pasar ese día en Cuzco, salir a la mañana siguiente con el Perurail (tren panorámico que te lleva de Cuzco a Aguascalientes), dormir en Aguascalientes, subir al Machupicchu, y esa misma tarde volver a Cuzco para coger el avión a la mañana siguiente desde Cuzco a Arequipa. Necesitaba una noche más en Cuzco y tuve suerte pues en el Corihuasi quedaba una habitación libre, una cosa menos por la que preocuparse.


Era pronto y quería aprovechar el día. Subiendo por la calle del hostal llegas a Sacsayhuaman, una fortaleza inca a 3600msnm, parada imprescindible, http://www.cusco-peru.org/cusco-peru/alrededores-cusco-sacsayhuaman.shtml. Aquí pagué la entrada con descuento de estudiante. Había una entrada en la que se incluían varios monumentos, y que resultaba más barata. Pero a mí no me daba tiempo y solo visité estas. Desde aquí, a parte de la maravilla de muralla hecha con enormes piedras, tienes una fantástica panorámica de todo Cuzco.
 


 

Hacía mucho sol, pero no hacía excesivo calor. Tuve que enrollarme el pañuelo al cuello en varias ocasiones. Si viajas a Cuzco, y a Perú en general, no te olvides de una protección solar alta, porque es uno de los países con más radiación y además ten en cuenta que la mayoría de las cosas que puedes hacer y ver aquí son al aire libre y en plena naturaleza.
 
 
 

 
De ahí, sin perder tiempo fui directa al convento Qorikancha, http://www.qorikancha.org/. La verdad que no me gustó demasiado, aquí en Perú me había dado cuenta de que la naturaleza puede ser mucho más bella por sí misma, que cualquier construcción.

 
Era la hora de comer, bajé a la Plaza de Armas, siempre llena de gente, y busqué el restaurante Kusikuy, recomendado por mi guía de viaje para degustar el mejor cui de Cuzco. Al final resultó estar en la misma calle del hostal, Suecia, una calle estrecha que sale de la plaza y que está justo a la izquierda de la catedral si la miras de frente.

Una Cusqueña, un Pisco Sour (coctel por excelencia del Perú y que tanto echo de menos), un plato de pasta y el famoso cui, una especie de conejo de indias, que en alguna casa he visto de mascota y que aquí en Perú se considera un manjar. El plato venía acompañado también por un trozo de choclo, como llaman ellos al maíz, y un rocoto o pimiento relleno y rebozado del cual todavía recuerdo su sabor.
 
 

 
 
Quizá el precio fue un poco caro, en comparación con lo barato que es comer en Perú. Pero Cuzco es una ciudad muy turística, al igual que Aguascalientes, y eso se nota a la hora de controlar los gastos en un viaje.

Al salir del restaurante noté una bajada de temperatura, quizá por el Pisco Sour, así que anduve unos metros hasta el hostal para coger ropa de abrigo, pero de repente empecé a encontrarme mal. Dolor de cabeza y una sensación de angustia. El soroche, o mal de altura había llegado. Cuzco se encuentra a unos 3400msm, y se recomienda que si viajas hasta aquí con avión, al no haber una aclimatación previa, debes descansar las primeras horas y no hacer esfuerzos. Justo lo contrario a lo que hice yo, que nada más llegar subí a la primera montaña que vi.

Me tomé un ibuprofeno y dormí unas dos horas. Me desperté genial y sin síntomas del dichoso soroche.

Menos mal que había aprovechado la mañana y todavía quedaban algunas horas de sol. Pude entrar a la catedral, sentarme en la Plaza de Armas, hacer algunas compras, pasear por el barrio de San Blas y ver la piedra de los doce ángulos encajada en un enorme muro.
 


 

 

Era de noche y ya se notaba en frío. En la misma plaza hay varias cafeterías y restaurantes, incluso un Mc Donalds, y como ya había gastado bastante en la comida y estaba cansada para ponerme a buscar, decidí cenar aquí algo rápido y subir al hostal a descansar, pues un coche pasaría a por mi a las 6 de la mañana para llevarme a la estación a coger el tren que me llevaba al ansiado Machupicchu.
 

Cuzco, o Cusco, como dicen los peruanos, es una ciudad preciosa, con mucho jaleo y mucho ambiente por las calles y las plazas. Patrimonio de la humanidad desde 1983, fue la capital del imperio Inca. Por esta ciudad hay que pasar para llegar a Machupicchu y es por eso por lo que está repleta de mochileros de todas las edades y de todos los rincones del mundo. También es frecuente que la visite gente para aprender español, pues en cada esquina hay una academia con gente en sus puertas. Cuzco es una ciudad en la cual no me importaría vivir.
 
 



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